sábado, 23 noviembre, 2024
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Para veranear en Brasil hay que vacunarse contra la fiebre amarilla?: un experto responde todas las dudas

Todas las previsiones indican que en las playas brasileñas este verano se hablará casi tanto en español como en portugués. El tipo de cambio favorable y la devaluación del real hacen que veranear en el país vecino en muchos casos se vuelva más conveniente que hacerlo en la Costa argentina. Por eso, los que elijan ese destino no deberían soslayar algunas cuestiones vinculadas al cuidado de la salud.

En este caso no se trata del dengue, virus ya conocido por todos luego de las últimas temporadas récord en el país, sino de otra enfermedad que también transmiten los mosquitos pero es mucho más letal: la fiebre amarilla. Y la pregunta es si hay que vacunarse para evitar riesgos y que la estadía sea más tranquila, si es una exigencia para viajar y, en suma, qué conviene hacer.

Tomás Orduna, consultor en Medicina Tropical y del Viajero del Hospital Muñiz, habló de este escenario y lo que viene: “Estábamos bastante tranquilos porque había poco turismo en Brasil en comparación con lo que dicen que va a ocurrir este año. Y Brasil tiene casi todo su territorio con recomendación de vacunarse contra la fiebre amarilla”.

-Los turistas tal vez no son tan conscientes de esta recomendación. ¿Desde cuándo es así?

-Esto cambió a partir de un momento en que hubo dos brotes epidémicos. El primero en el verano de 2016-17, y el segundo en 2017-18. La sumatoria de esas dos temporadas dio en Brasil entre 800 y mil fallecidos por fiebre amarilla. Tras el verano del 18, hubo siete argentinos que regresaron y después desarrollaron fiebre amarilla estando acá, de los cuales lamentablemente fallecieron tres. Es decir, una tasa de letalidad del 40 por ciento, y ninguno estaba vacunado. Seis de los siete habían tenido como destino Ilha Grande, frente a las Costas de Río de Janeiro.

-¿Qué pasó después de esos dos brotes?

-Con la pandemia bajó fuerte la idea de Brasil versus fiebre amarilla, pero históricamente la fiebre amarilla tuvo un comportamiento cíclico. Esos dos años epidémicos seguidos hablaban de una gran expansión territorial del virus y nos llevó a cambiar las indicaciones. Habíamos estado hasta 2015 diciendo que toda la costa brasileña, hasta bien arriba, a la altura de Marañón, era libre. Yo iba a Florianópolis, Ubatuba, Paraty o Porto Seguro y no me vacunaba. No hacía falta porque no había riesgo. Hoy en día sólo a un trocito de la punta nordeste, donde están Piauí, Ciará o Natal, podría ir sin vacunarme.

-¿Para todo el resto de Brasil hay que vacunarse?

-Sí, el resto, que es el destino potencial del 80 por ciento de los viajeros, las playas del sur y del sudeste (incluyendo Florianópolis, Río de Janeiro y San Pablo), la recomendación es vacunarse, porque nunca sé qué va a ocurrir en el momento en que estoy ahí. Desde 2018 hay un silencio epidemiológico sólo interrumpido por un brote en grandes monos aulladores en el estado de Paraná, que no llegó a mayores. Cuando la selva entra en silencio es que empezó a haber transmisión entre los monos.

-¿Cómo pasa el virus de la fiebre amarilla del mono al humano?

-A través del mosquito de la selva. Aparte siempre tenemos el riesgo y el temor de la fiebre amarilla urbana. Pero en principio siempre el ciclo selvático en América tiene que ver con los mosquitos que no son los Aedes aegypti, pero que si se da en ciudades puede ser el Aedes aegypti el transmisor, como ocurrió en Buenos Aires en 1871, la gran epidemia. Entonces hay que tener cuidado con las personas que han estado en lugares con brotes, porque a su regreso pueden estar portando virus en sangre.

Una imagen de la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, en 1871, que provocó más de 13 mil muertes.

-¿Cuál es el periodo de ventana de la enfermedad?

-Dos días antes de comenzar con los síntomas el paciente ya porta virus en sangre, y en los primeros cinco o seis días sigue portando virus. Esa persona que regresa pone en situación de vigilancia a la ciudad en la que vive. Entonces hay que vacunarse, cada uno consultar con su médico, sacar turno para Sanidad Fronteras o los hospitales de CABA, o según la ciudad en la que uno esté. La vacunación es gratuita y también está la posibilidad de vacunarse en un vacunatorio privado.

-¿Cualquiera puede vacunarse?

-Sí, menores de 60 años que vayan a ir a Brasil es sin orden médica. Mayores de 60 años, con orden médica. Es una cuestión de prevención, porque Brasil no exige la vacuna.

-¿Está contraindicada para alguna población?

-Ahí viene el problema, qué hacemos con los mayores de 60 años: la vacuna de la fiebre amarilla versus la potencial situación de los que pueden tener una mayor incidencia de efectos adversos graves con la vacuna, que es a virus atenuado. Desde los países desarrollados se recomienda aplicar la vacuna, porque nunca sabemos en qué momento se dispara una situación epidémica y me encuentra a mí en el medio sin vacuna.

-¿Cuánto tarda en hacer efecto la vacuna, es decir, en generar anticuerpos?

-Se acepta que tiene que tener diez o más días de aplicada. Mínimo diez días antes de estar en la región de riesgo.

Tomás Orduna: «Todo lo que pueda hacer por tener un viaje saludable lo tengo que hacer». Foto: Mundo Sano

-Para aquella persona que está definiendo hoy el viaje, ¿pueden ser los efectos adversos de la vacuna un condicionante para elegir el destino?

-Lo ha sido históricamente. Las personas a veces no tienen ganas de vacunarse. Pero nosotros desde la medicina del viajero, que es una especialidad que ya tiene 30 años, creemos que todo lo que yo pueda hacer por tener un viaje saludable lo tengo que hacer. Por eso lo ideal sería que haya mucha más gente para atención de medicina del viajero, que tiene que ver con comportamientos, con poder analizar de acuerdo al itinerario, el destino final, al presupuesto, a si es una persona sana, no sana, qué edad tengo, todo eso es importante. Hasta se puede hacer cambiar un destino. Por ejemplo, una pareja que se va de luna de miel y quiere quedar embarazada. La recomendación es que si quiere quedar embarazada vaya a San Bernardo dos semanas y no se exponga a ninguna patología tropical. O decirles, vayan y se embarazan después cuando vuelven.

-¿A partir de qué edad los chicos se pueden vacunar?

-Si hay riesgo, a partir de los 9 meses.

-¿Qué tiene que hacer entonces la persona que se quiera vacunar?

-Hay que sacar turno. Uno tiene que poner cuando entra en Internet: “turnos, vacuna, fiebre amarilla” de acuerdo donde vive, y le van a salir las opciones.

-Si alguien se vacunó contra la fiebre amarilla hace 20 años, ¿le sirve hoy esa vacuna?

-Por suerte eso cambió en 2016. A nivel mundial se aceptó que la protección que nos brinda una sola dosis puede extenderse para toda la vida. Excepto que haya sido muy pequeñito cuando me vacuné. La vacuna que está en calendario para ciertas regiones del país, como Corrientes, Chaco, Misiones, etc., y que se da a los 18 meses de edad, después tiene un refuerzo a los 11 años. Para el resto que se vacunó a partir de la adolescencia, una sola dosis es suficiente. Y está contraindicada, como cualquier vacuna a virus vivo atenuado, a toda persona que tenga algún trastorno de sus defensas. Por eso se debe consultar antes al médico.

PS

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