Con el envío al Congreso del proyecto para eliminar las elecciones primarias (PASO) el gobierno de Javier Milei no solo mostró si interés por acelerar la reforma política a menos de un año de las legislativas sino también por presionar a todos los otros espacios políticos y en especial al PRO, donde la jugada no cayó bien y ya deslizan que esta vez no acompañarían al oficialismo.
A instancias del influyente asesor Santiago Caputo, Milei decidió enviar los dos proyectos de su reforma política -como adelantó iProfesional- en medio de la dura pulseada que desató con los gobernadores y el Congreso al dejar en suspenso el tratamiento del Presupuesto 2025 como una herramienta de presión y de negociación que apunta a todos los sectores políticos, sin distinción.
Sin embargo, el tema es particularmente incómodo para el PRO que lidera Mauricio Macri, con el diputado Cristian Ritondo como encargado de llevar la alianza parlamentaria con el Gobierno. En ese rol, el experimentado legislador les hizo saber hace tiempo que no estaban de acuerdo con la eliminación de las PASO y contraofertaron un proyecto para mantenerlas, pero sin que sean obligatorias.
Que el Gobierno haya enviado igualmente su proyecto ya exhibe un cortocircuito en la relación con su principal aliado. En el bloque que encabeza Ritondo trataron de mostrarse diplomáticos, pero deslizan que hay una desconexión en el vínculo con el Gobierno, porque ni siquiera les anticipó el contenido de los proyectos antes de mandarlos, según las fuentes consultadas por iProfesional.
Javier Milei avanza con la eliminación de las PASO: ¿cómo reaccionaron en el PRO?
En la bancada del PRO señalaron que les «llama la atención que el Ejecutivo anuncie ahora que enviará un proyecto de eliminación de las PASO, a menos de un mes de la finalización del periodo ordinario de sesiones». En esa línea enviaron la primera advertencia al Gobierno: que su tratamiento en Diputados quedará «inevitablemente para el año próximo» y que ellos siempre sostuvieron que «no es correcto cambiar las reglas de juego en años electorales».
Milei todavía no convocó a sesiones extraordinarias. Se lo piden los gobernadores y los diputados como muestra de que realmente quiere tener una ley presupuestaria para el año próximo y no tener un manejo discrecional de los fondos del Estado, como ellos sospechan. En la Casa Rosada lo demoran, pero amagan con incluir la eliminación de las PASO y no el Presupuesto. Parte de la estrategia de tensar la cuerda para llevar la negociación a su favor.
Sin embargo, el PRO ya adelanta, con el mayor tacto posible, que no acompañará el proyecto. Además se escudará en el hecho de que se necesita una mayoría absoluta de 129 votos y hoy ese amplio consenso político no existe. En la UCR y en Encuentro Federal, el bloque de Miguel Pichetto, tampoco están de acuerdo.
Según supo iProfesional, el partido de Macri se prepara además para enfrentar el argumento de la austeridad fiscal que esgrime el Gobierno con la finalidad de subir la presión de la opinión pública sobre el Congreso -para el oficialismo, «la casta»- al afirmar que las PASO son «innecesarias» y que con su eliminación, más el recorte del financiamiento público a la campaña electoral, se ahorrarían unos $3.700 millones de pesos, según estiman.
«Con la sanción de la ley de Boleta Única estamos ahorrando un 61% en impresión de boletas respecto de las PASO de 2023″, señalan en el partido de Macri. Esta será la otra forma con la que le negarán apoyo al proyecto de Milei, pero cuidándose, por ahora, de no elevar el tono de la confrontación. De hecho, en paralelo, el bloque volverá a unir fuerzas con el oficialismo la semana próxima para insistir con el proyecto de Ficha Limpia.
¿Por qué el PRO no quiere tratar la eliminación de las PASO?
Para Macri y buena parte del PRO la eliminación de las PASO sería un problema por varias razones. Una de ellas es que el partido -así como el bloque de diputados- está virtualmente dividido por su enfrentamiento con Patricia Bullrich, que intenta fusionarlo con La Libertad Avanza, como pretende el propio Milei.
La otra razón tiene que ver precisamente con cómo concretar una alianza electoral el año próximo, pero sin que el oficialismo se fagocite al PRO y lo deje al borde de la extinción como partido. Ese es el horizonte que tiene Caputo para las elecciones legislativas del año próximo. Macri quiere evitarlo y la mejor forma sería ir a las PASO.
Además, La Libertad Avanza ya dio varias señales de que podría competir con una lista propia en la Ciudad de Buenos Aires para tratar de ganarle al PRO en su bastión. Allí sería mucho más conveniente tener a mano la herramienta de las PASO, para tratar de evitar un desafío que podría poner en jaque al partido amarillo.
Y es que, en rigor, el PRO no quiere competir con La Libertad Avanza. Todas las encuestas hoy favorecen al espacio de Milei si juegan separados en las elecciones legislativas y claramente el oficialismo corrió a todos lo que antes integraban Juntos por el Cambio del lugar estelar para la confrontación con el kirchnerismo.
En ese esquema, necesita de las PASO aunque sea para disimular la fuga de sus votantes hacia las filas del Gobierno y mantener todo lo posible su «identidad», un aspecto varias veces mencionado por Ritondo y cuya traducción es, precisamente, cuidarse de no desaparecer como partido bajo la sombra Milei.
Además, si el PRO no lograra acordar los términos para una alianza con el Gobierno en la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires quedaría inevitablemente en el «centro» del arco ideológico-partidario, con el oficialismo de un lado y el kirchnerismo, y en la polarización extrema, la «ancha avenida del medio» no suele cosechar buenos resultados, como lo demostraron en otros tiempos Sergio Massa y Roberto Lavagna.
Por otro lado, ese lugar intentarán ocuparlo Horacio Rodríguez Larreta, Emilio Monzó, Pichetto y Florencio Randazzo, entre otros dirigentes que se abrieron del PRO y de lo que era Juntos por el Cambioy que buscan armar un nuevo espacio para 2025 junto al cordobés Juan Schiaretti.
¿Una «cortina de humo» para el Presupuesto?: qué dicen en el Congreso
En una situación similar se encuentran otros espacios políticos frente a La Libertad Avanza, como es la UCR, que también tiene fuertes divisiones. El presidente del partido, Martín Lousteau, quiere enfrentar al oficialismo y los gobernadores como Alfredo Cornejo se muestran más negociadores.
Por eso en este bloque tampoco hay demasiado apoyo al proyecto para eliminar las PASO, aunque los argumento podrían ser similares a los que esgrimen en el PRO. En la bancada Encuentro Federal que preside el experimentado Pichetto con la asistencia de los hábiles, Emilio Monzó y Nicolás Massot, la mayoría también está en contra, según adelantaron fuentes del espacio a iProfesional.
La falta de consenso sobre la cual el Gobierno ya fue advertido con anterioridad lleva a que casi todos los otros bloques tengan la misma especulación sobre las intenciones de Milei con el proyecto que elimina las PASO: que se trata de «una nueva cortina de humo» y que buscan desviar la discusión sobre el Presupuesto 2025, lo único que realmente les importa a esta altura del año parlamentario.
No obstante, en la Casa Rosada aseguran que quieren avanzar con la reforma política. Los dos proyectos que mandaron a Diputados contemplan, además de la eliminación de las PASO, el recorte del financiamiento público a la campaña electoral y una reforma de la Ley de Partidos Políticos, que entre otras cosas eleva el piso de afiliados que necesitan para tener personería y competir.
El Gobierno espera apoyo del peronismo mientras presiona a «la casta» en el Presupuesto
El oficialismo cree que varios gobernadores podrían apoyar la eliminación de las PASO, sobre todo los peronistas que ya intentaron suprimir las primarias anteriormente. De conseguir ese apoyo el Gobierno podría lograr también fracturar un poco más al espacio político que intenta conducir la expresidenta Cristina Kichner, ahora desde la presidencia del PJ.
Pero detrás de los proyectos hay otros objetivos. Uno es cambiar el eje de la negociación sobre el Presupuesto: recortar el gasto de la «política» y financiar con eso los aumentos de distintas partidas que piden gobernadores y diputados.
Sin embargo, todos esos actores advierten que los $3.700 millones de «ahorro político» no cubren ni la tercera parte de los fondos que reclaman las provincias y las modificaciones que piden sobre el Presupuesto 2025. Esto no le importa al Gobierno porque el otro objetivo no declarado es exacerbar el relato «anti casta» o «anti política», como un instrumento más de presión sobre un Congreso al que no logra manejar.
En cualquier caso, el envío del proyecto para eliminar las elecciones primarias (PASO) es una muestra de que Javier Milei está decidido a tensar la relación con las provincias y con el Congreso todo lo que haga falta para vencer las resistencias al Presupuesto 2025 y a cualquier otra ley que promueva el Gobierno, pero también para mostrar fortaleza ya no solo a los rivales sino también a los aliados como el PRO, para no verse condicionado.