El film dirigido por Morgan Neville revisa el cine y la cultura de un año clave del llamado “Nuevo Hollywood”, entre hallazgos brillantes y licencias discutibles que, sin embargo, recuerdan por qué aquel momento sigue siendo irrepetible
La primera mitad de los años 70 fue uno de los períodos más intensos, contradictorios y fértiles de la cultura estadounidense. Crisis política, desencanto social y una profunda revisión de valores convivieron con una libertad creativa inédita en el cine. Crisis: 1975 (Breakdown: 1975, su título en inglés), el nuevo documental de Netflix dirigido por Morgan Neville, intenta capturar ese clima de tensión a través de las películas que marcaron una época y de los debates culturales que las rodearon.
Ganador del Oscar por 20 Feet from Stardom, Neville construye su relato a partir de abundante material de archivo, fragmentos de films emblemáticos y testimonios de protagonistas y analistas. El resultado es atractivo y, en muchos tramos, muy revelador.
Sin embargo, la propuesta se apoya en una premisa algo engañosa: más que concentrarse estrictamente en 1975, el documental se expande hacia un arco temporal más amplio, que va de 1972 o 1973 hasta 1976.
Esa ampliación le resta precisión al recorte histórico. Películas como Taxi Driver, Chinatown, El Padrino II, Todos los hombres del presidente, Network o Rocky, estrenadas por fuera de 1975, son integradas al relato sin que ello resulte estrictamente necesario.
De hecho, el propio año ofrecía material suficiente: fue el tiempo de Jaws, cuyo éxito anticipó el final del Nuevo Hollywood, pero también de títulos como One Flew Over the Cuckoo’s Nest, Tarde perros, Nashville, Shampoo, Barry Lyndon, Grey Gardens o Monty Python and the Holy Grail.
Algo similar ocurre con el contexto político. Aunque se mencionan hechos puntuales, como la presidencia de Gerald Ford tras la renuncia de Nixon y la retirada de Vietnam, el análisis diluye los límites temporales y fusiona conflictos que atravesaron varios años: el impacto del caso Watergate, la crisis económica, las tensiones raciales y el surgimiento del llamado “Me Decade”, junto al crecimiento de un conservadurismo que tendría en Ronald Reagan a su figura central.
Donde Crisis: 1975 alcanza su mayor fuerza es en la reflexión sobre el cine mismo. Participan figuras como Martin Scorsese, Ellen Burstyn, Albert Brooks y Oliver Stone, además de críticos y periodistas como Wesley Morris, Frank Rich y Kurt Andersen. Del mismo modo aparecen voces contemporáneas como las de Seth Rogen, Patton Oswalt y Josh Brolin, que aportan lecturas cinéfilas, mientras Jodie Foster pone su voz a la narración.
El documental reafirma una idea conocida pero difícil de refutar: en esos años, Hollywood fue un espacio de riesgo y libertad creativa excepcionales. Antes de que Jaws y Star Wars cambiaran para siempre la industria, el cine estadounidense se permitió ser adulto, incómodo y audaz. Más allá de sus atajos, Crisis: 1975 recuerda por qué aquel momento sigue siendo irrepetible.
