Ángel Di María de nuevo fue el centro, el motivo nodal por el cual Central sigue llegando a los objetivos que se fue planteando. En la fecha completada en Junín, fue clave para entrar a la fase de grupos de la Copa Libertadores y a los 8º del Clausura. Y ahora, ante Instituto, le dio el pasaje a la final de la Supercopa Internacional. Tremendo.
Angelito fue el centro de atención desde que pisó el césped en Alta Córdoba. Apenas después de los saludos protocolares, la dirigencia local le entregó una plaqueta felicitándolo por “su destacada trayectoria deportiva, su compromiso y profesionalismo que constituyen un ejemplo y orgullo para el deporte nacional”.
Sin dudas, empezó con muy bien la noche ante Instituto, más allá de que cuando el local llegó al gol a través de John Córdoba parecía ajustarse a la realidad de un trámite que lo favorecía.
La jerarquía en el momento que Central lo pedía
Pero de inmediato, Central mostró su jerarquía para levantarse sin pérdida de tiempo. Y tuvo que ser Di María el eje por el cual llegara al empate. Merodeó cerca del área el equipo de Holan, pero no fue hasta que la tomó Di María que sobrevino el verdadero peligro.
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Sin prisa ni pausa, Di María vio a Alejo Veliz que entraba cruzado y ahí fue el balón. El 9 la bajó bárbaro para Ignacio Malcorra y, favorecido por la buena cortina que le hizo Agustín Sández (había quedado arriba) a Mosevich, hizo el amague para su derecha y el remate de cara a Roffo para establecer el empate.
A los 44’, ridiculizó a su marca haciéndole pasar la pelota por un lado y él pasando por el otro, y su remate casi es el segundo. Y a los 6’ del complemento habilitó bárbaro a Jaminton Campaz, que no definió.
Otra vez fabricó y marcó de penal
La incidencia de Di María se hizo mucho más importante antes del cuarto de hora del complemento, y en una contra, Campaz lo habilitó bárbaro en su corrida solitaria por derecha y, al pisar el área, le amagó a Lucas Rodríguez que le pisó el pie derecho.
Nicolás Ramírez no dudó y cobró penal. Y después de las revisiones de rigor no hubo cambio de planes. Di María hizo el típico repiqueteo y esta vez la tiró suave, casi picándola, a la derecha de Roffo que fue para el otro lado.
Pero había más de Di María. Sobre tres cuartos, a la derecha del ataque auriazul, lo empujaron a Gaspar Duarte y Ramírez cobró el tiro libre.
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De lejos, Di María metió un zurdazo en comba espectacular, entraron varios a cabecear a la carrera desde el punto del penal e Ignacio Ovando, que había reemplazado al lesionado Juan Cruz Komar antes de los 10’ del complemento, estampó su testazo a la red para lo que sería el 3 a 1 definitivo.
Di María salió cerca del final del partido, junto a Campaz, para que entren los Enzo, Copetti y Giménez. Entero, inclusive cargó con las cuatro amarillas y no le sacaron una nueva, por lo que jugará ante San Lorenzo. Ahí habrá que ver si llega a la quinta, aunque ya no influye tanto porque en los octavos se limpiarán. Habrá que ver si estará o no en la última ante Independiente. Antes, ya hizo de todo en el poco tiempo de su regreso a Central.
