El jury de enjuiciamiento contra la jueza Julieta Makintach, suspendida por su actuación en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona, comenzó este jueves en una sala del subsuelo del edificio anexo de la Cámara de Senadores bonaerense, en La Plata.
El proceso busca determinar si la magistrada incurrió en faltas graves al aceptar participar en un documental sobre el caso, proyecto que —según la acusación— vulneró los deberes del cargo y afectó la imagen de la Justicia.
La audiencia se abrió con los lineamientos de las acusaciones públicas y privadas, encabezadas por la fiscal general de Necochea, Analía Duarte, y los abogados Gastón Marano (en representación del ex custodio de Maradona, Julio César Coria) y Guillermo Sagués (del Colegio de Abogados de San Isidro). Todos coincidieron en un punto: pedir la destitución de la jueza.
“Nos avergonzó ante todo el mundo”, sostuvo Duarte.
“No puede continuar en la magistratura. Ha sido una vergüenza para la profesión”, agregó Marano.
“Quiero dar mi verdad”: la defensa de Makintach
Antes de que comenzara el debate formal, Makintach pidió un careo con el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, primer testigo del proceso. Ante la negativa de la presidenta del jurado, Hilda Kogan, la magistrada solicitó declarar.
“Quiero dar mi verdad. Quiero que me conozcan”, expresó, visiblemente nerviosa.
Durante su exposición, reconoció que la idea del documental surgió en febrero pasado a propuesta de una amiga, y que aceptarlo fue “un error que no pudo dimensionar”.
“Quería dar la mejor imagen de la Justicia. Cumplí mi rol desde el primer minuto del juicio. Nunca imaginé que iba a generar tanto daño. Fue todo lo contrario a lo que buscaba”, aseguró.
Makintach habló de un “escarnio mediático muy fuerte” y dijo sentirse “arrepentida y devastada”.
“Pido disculpas a la familia Maradona. Pido perdón por cómo dañé la imagen de la Justicia. Ojalá pudiera volver el tiempo atrás”, declaró entre lágrimas.
El escándalo del documental “Justicia Divina”
El caso estalló cuando trascendió que Makintach había autorizado la presencia de cámaras en el juicio que debía determinar las responsabilidades penales en la muerte de Maradona.
El proyecto, que se iba a titular “Justicia Divina”, pretendía registrar el proceso judicial con fines documentales y, según la acusación, podía ser explotado comercialmente.
“Esta acusación pretende demostrar que la magistrada decidió participar personalmente en un proyecto audiovisual sobre el juicio que presidía, con el fin de explotarlo comercialmente”, explicó la fiscal Duarte.
Los investigadores sostienen que la exposición pública afectó la imparcialidad y la confidencialidad del proceso, lo que derivó en la recusación de Makintach y en la nulidad del juicio oral.
Para la fiscal, la jueza incurrió en “incompetencia, negligencia, incumplimiento de deberes, revelación de secretos, abuso de autoridad y malversación de caudales públicos”.
Entre el arrepentimiento y la controversia
Makintach intentó explicar que la propuesta buscaba mostrar el trabajo judicial desde adentro, en la línea de otros documentales como los de Cromañón o la ESMA.
Dijo que consultó la idea con una persona de confianza —a la que no identificó—, quien le pareció que “era brillante”.
“Todos sabían que iba a haber una cámara con planos cortos hacia mí, y todo bien”, sostuvo al referirse a sus colegas del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, Verónica Di Tommaso y Maximiliano Savarino.
La magistrada también cuestionó al fiscal Ferrari: “No tengo nada que ocultar. Lo que me hizo saltar de la silla fue su declaración. No fue cierta parte de lo que dijo”.
Durante su relato, Makintach confesó que desde que estalló el escándalo no puede dormir, y que siente que paga “un precio carísimo por no haber medido las consecuencias de ese disparate”.
El jury y lo que viene
El tribunal de enjuiciamiento deberá decidir en los próximos días si Makintach será destituida o absuelta.
El proceso continuará con la presentación de pruebas, declaraciones de testigos y los alegatos finales de las partes.
Mientras tanto, la figura de la jueza —que quedó asociada a uno de los episodios más controvertidos del caso Maradona— sigue dividiendo opiniones en el ámbito judicial bonaerense.
El debate promete exponer no solo la responsabilidad individual de la magistrada, sino también las falencias estructurales del sistema judicial argentino frente al escrutinio público.
