«Chimentos de peluquería». Con esa imagen, el presidente Javier Milei intentó bajarle el precio a las denuncias por supuesto financiamiento narco al diputado nacional y candidato del oficialismo José Luis Espert. Pero aparecieron las pruebas de su relación con el empresario Federico «Fred» Machado. Y no de una charla bajo el secador de pelo sino de la justicia del estado norteamericano de Texas.
Así, el creador del eslogan «cárcel o bala» fue convocado de urgencia a la Casa Rosada y al filo de la medianoche de este jueves grabó un video en el que leyó un descargo. En el mismo, admitió la transferencia de 200 mil dólares de una empresa investigada por narcotráfico, estafas y lavado de dinero en Estados Unidos que había negado hasta horas antes.
La explicación sonó inverosímil: afirmó que era el adelanto de una consultoría a una minera de Guatemala, para peor propiedad de Machado y también bajo sospecha de actividades ilegales. Y más, agregó que ese trabajo nunca lo hizo porque asomó la pandemia de Covid-19. Nada dijo sobre si devolvió el dinero, ni si aportará el contrato pertinente o pagó los impuestos por ese abultado monto. En vez de aclarar, oscureció.
Espert sigue como cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Y aunque se baje, su cara seguirá en la boleta única, porque las papeletas ya están impresas. Los pedidos internos para que dé un paso al costado no prosperaron. El único sostén firme de su postulación es el propio presidente Javier Milei, quien puso en juego su investidura para respaldar al economista que desde las propias filas libertarias acusaron de ofrecerle 300 mil dólares al anarcocapitalista para que bajara su candidatura en las legislativas de 2021. Entonces, ambos estaban en el espacio Avanza Libertad. La anécdota, sin nombres propios, fue relatada por el mismo Milei en varias ocasiones.
Jugado, sin fusible
Los dados están echados. Y el presidente jugado. Poco después del descargo, Milei compartió en redes sociales el video de descargo de Espert y lo acompañó con una nueva defensa del manual ya transitado: las denuncias, para el referente libertario, son una «inmunda y burda operación montada por el kirchnerismo». Y a tono con el texto que leyó el denunciado, agregó: «Los kirchneristas están tapados de causas de corrupción y como todo ladrón creen a otros de su misma condición. Fin».
El descargo de Espert fue apurado por un dato que daba crédito a las denuncias en su contra. Poco antes, trascendió un asiento contable del Bank of America que confirma la transferencia de 200.000 dólares al diputado de parte de una empresas vinculada al presunto narco Machado.
En su lectura, el diputado aseguró que recién en abril de 2021 se enteró «por los medios» del pedido de captura internacional contra Machado. «Entré en pánico. Nunca imaginé que podía pasarme una cosa así en mi vida», siguió. Y, como Milei con el caso de la estafa cripto de $LIBRA, prefirió presentarse como un político de escasa inteligencia y sagacidad: «Puedo haber pecado de ingenuo, pero delincuente jamás».
Que no, que sí
La documentación de la transferencia de 200 mil dólares fue publicada por el diario La Nación y está incorporada como evidencia en el juicio celebrado en Texas contra Machado. En la Argentina, la tomó el dirigente social Juan Grabois, quien la incorporó a la denuncia contra Espert que presentó en la justicia.
El diputado nunca había declarado ese ingreso, que después de varios días tuvo que admitir. Además, su vínculo contra el empresario detenido en Río Negro sobre el que pesa un pedido de extradición a los Estados Unidos, que la Corte Suprema de Nación mantiene sin tratar, coincidió con un salto en su patrimonio: creció más de 700%, se compró una mansión en San Isidro y un BMW valuado en más de 90 mil dólares.
El libro contable del Bank of America confirma que ese movimiento de dinero existió y fue el 22 de enero de 2020. El miércoles previo, en una entrevista en A24, Espert se negó en diez oportunidades a responder la pregunta «¿Usted recibió 200.000 dólares de Fred Machado?».
En lugar de responder si o no, desmereció lo que hasta entonces se había divulgado, una contabilidad paralela escrita por Debra Mercer-Erwin, socia de Machado y ya condenada en el expediente de Texas. «Un papel, de una supuesta contabilidad paralela, de una causa que hay en Estados Unidos… pero por favor, ¿de qué estamos hablando?», esquivó el diputado.
La minera, el adelanto y la pandemia
Luego reconoció, ante la evidencia, el pago. Pero lo atribuyó a una minera «vinculada a Machado» de Guatemala. Es Minas del Pueblo, supuestamente bajo propiedad de un tal Ivan Morales. Espert dijo que la empresa quería reestructurar su deuda y consideró que él era la persona ideal para hacerlo. Agregó que le anticiparon esos 200 mil dólares, pero que no pudo completar el trabajo por la pandemia. Lo curioso, además del monto del adelanto, es que nunca devolvió el dinero ni al parecer nadie consideró necesario reclamárselo.
El mismo jueves en el que grabó el video, se supo que Espert viajó en el avión privado de Machado no una, como dijo, sino 35 veces. No lo aseguró Grabois, sino la justicia federal. En el menos cinco de esos viajes, estuvo acompañado por Machado.