En plena ciudad, pero lejos del caos. Así es la casa de Carla Peterson, una de las actrices más queridas de la televisión argentina, que decidió transformar su hogar en un verdadero refugio de diseño, armonía y conciencia ambiental. Lejos de la ostentación y cerca de lo esencial, Carla encontró el equilibrio perfecto entre lo estético y lo funcional, y lo muestra con orgullo en sus redes sociales.
Ubicada en Buenos Aires, la casona de dos pisos que comparte con su esposo, el senador Martín Lousteau, y su hijo Gaspar, refleja su estilo de vida: sensible, artístico y profundamente conectado con la naturaleza. Cada rincón tiene su impronta, pero hay espacios que se destacan por su calidez, su belleza y su historia.
El living es, sin dudas, el corazón de la casa. Allí, Carla combinó muebles vintage con objetos modernos que dialogan entre sí. Uno de los protagonistas es un mueble de madera hecho a medida, que sirve como bar y vajillero, y donde también guarda su colección de vinilos. Un tocadiscos clásico y un amplificador blanco Marshall terminan de armar la escena, creando una atmósfera retro con mucho encanto.
“Este es el regalo de Navidad que me hice. Bar/vajillero. Creo que lo voy a usar más como bar y hoy mismo lo estreno”, contó la actriz en una de sus publicaciones, dejando ver que cada objeto tiene para ella un valor afectivo.
UN HOGAR CON ALMA, DISEÑO Y COMPROMISO AMBIENTAL
Las paredes del living están decoradas con cuadros seleccionados por ella misma y en un rincón se destaca un antiguo órgano, que suma un toque nostálgico. Pero también hay muchas plantas, que le dan frescura al ambiente y refuerzan la idea de un hogar vivo. La paleta de colores —entre beige, marrones y tonos tierra— aporta serenidad y una sensación de hogar abrazador.
En el dormitorio principal, el respaldo de lino de la cama y un majestuoso sillón de pana gris azulado hacen que todo respire elegancia y confort. El estilo se mantiene: armonía, texturas suaves y una decoración pensada para el descanso. Carla combina lo clásico con lo moderno sin perder su esencia: cada rincón transmite paz.
Pero sin duda, la joya de la corona es su huerta urbana. En la terraza, armó un espacio que es tanto estético como funcional. Cultiva frutillas y otras especies en cajones de madera, con un diseño que ordena y embellece el rincón verde.
Ese pequeño oasis no solo embellece el hogar, sino que es símbolo del compromiso de la actriz con una alimentación saludable y el respeto por el planeta. «Es el lugar que más amamos de nuestra casa. Tratamos de comer mucho de acá«, dijo.
“Me gusta que cada objeto tenga una historia, y que la casa refleje quienes somos”, dijo alguna vez Carla.