La euforia oficialista tras los triunfos porteños contrasta con una realidad económica crítica y una dinámica provincial mucho más compleja.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el politólogo, Sergio De Piero, quien comentó que, “el gobierno tuvo una mirada excesivamente optimista sobre el resultado en la Ciudad de Buenos Aires”.
Para el politólogo, “se sobrevaloró una victoria que fue importante, pero no necesariamente replicable” en otras provincias. Según explica, las dinámicas distritales son hoy más autónomas y responden más a realidades locales que a liderazgos nacionales.
A esto se suma el deterioro económico. Aunque Milei sostiene una narrativa de desaceleración inflacionaria, “la baja no se repercute en una mejora en la calidad de vida”, especialmente entre trabajadores informales y desempleados. En ese contexto, De Piero prevé que la provincia de Buenos Aires seguirá una lógica propia, más atada a la economía cotidiana que al efecto contagio del triunfo porteño.
Un frente financiero inestable y su impacto político
La reciente advertencia de JP Morgan sobre el “ruido electoral” y el posible éxodo de inversiones financieras abre un nuevo frente de preocupación. De Piero lo resume con crudeza: “El país en términos de economía real está en una situación crítica, es un desastre”.
El gobierno, sostiene, ha logrado controlar momentáneamente la inflación a través de mecanismos financieros como el carry trade y el control del dólar. Sin embargo, si los inversores deciden salir, podría dispararse nuevamente el dólar y reactivar la inflación. El resultado político dependerá de cómo los votantes interpreten esa situación: “Habrá que ver cómo repercute en el comportamiento electoral”.
La baja participación, un síntoma que inquieta
La falta de concurrencia a las urnas es uno de los fenómenos más notables en las últimas elecciones provinciales. “Hay un desencanto, un descreimiento de que la política pueda mejorar”, advierte De Piero. Aunque Formosa fue la excepción, en otros distritos la abstención ronda el 50%, incluso más.
Ese desencanto, dice, atraviesa clases sociales: “La retirada del acto electoral es proporcional. No es que solo los sectores populares se alejan de las urnas”. Y si bien el voto bronca recuerda al 2001, esta apatía ciudadana se muestra más difusa y estructural. “Hay que estudiar quiénes son los que no fueron a votar”, propone.
El mito del outsider en el poder
Ante la afirmación de Milei de que La Libertad Avanza sigue siendo outsider, De Piero es categórico: “No se puede ser outsider siendo presidente de la Nación”. Y agrega: “Ejercer la presidencia es ejercer el poder de la mayor institución del país”.
Para el analista, el estilo de Milei es una performance disruptiva que no se condice con su apoyo institucional: “Gobierna con el apoyo del establishment, de los grandes grupos empresarios y del FMI. Eso no es ser outsider”. El discurso confrontativo, dice, es más decorativo que sustantivo.
Cristina detenida, ¿tema electoral o símbolo de resistencia?
Sobre el impacto político de la detención de Cristina Fernández de Kirchner, De Piero traza una doble lectura. Por un lado, “la detención no figura entre los principales problemas en las encuestas”, que están dominadas por la inseguridad, el desempleo y los precios.
Por otro, “la expresidenta sigue siendo una actora clave en la articulación del peronismo”.
La masiva movilización en su apoyo demostró que Cristina sigue teniendo un peso simbólico importante, aunque su impacto en el electorado está por verse. “No ha sido corrida del escenario político, sigue participando del debate”, concluye.