Abril de 2003, Santa Fe, una ciudad que se inunda y una obra que rema a contracorriente de la época. Desde esa aparente imposibilidad de representar lo que ocurrió en la capital provincial hace más de veinte años, desde la pregunta de cómo narrar desastre evitable, nace “Flota. Rapsodia santafesina”, la obra de la Compañía de Teatro y Títeres Hasta Las Manos, que viene de dos temporadas a sala llena y de ganar la Fiesta Provincial del Teatro en 2024.
Este sábado 14 de junio, a las 19, se podrá ver de manera gratuita en el Teatro del CCPE (Sarmiento y el río), como puntapié inicial del ciclo “Un pasaje hasta aquí”, en el que se presentarán obras de distintas ciudades del país. Las entradas se pueden retirar el día de la función (desde las 15) en el CCPE, a razón de dos por persona, hasta completar la capacidad de la sala.
“Flota” cuenta con la dirección general de Javier Swedzky (emblema del teatro de títeres) y Sebastián Santa Cruz, y las interpretaciones de Mónica Alvarez, Juan Venturini y Manuel Venturini. Pero es, ante todo y sobre todo, una creación colectiva, con intervención dramatúrgica de todos los involucrados, forjada desde la búsqueda por formas de decir en “la inmensidad de lo no decible”. Para hacer pie en esa dificultad, echan mano de diversos lenguajes, registros, formatos y dinámicas escénicas. Así toma forma la rapsodia.
Cómo narrar la inundación
“Los tres que estamos en escena somos inundados y desde esa complejidad sabíamos que había que abordarlo desde un lugar que no vaya al golpe bajo, que tampoco sea naif y que no tenga mucha carga de texto”, cuenta Juan Venturini en diálogo con La Capital.
Rápidamente, afirma que Hasta Las Manos, compañía con más de quince años de trabajo, “se considera materia dócil para trabajar con las vulnerabilidades y biografías propias”, y plantea que la incomodidad y tensión no sean un problema sino “la posibilidad de habitar un lugar no conocido hasta el momento”.
Para propiciar este abordaje, convocaron a Swedzky como “provocador”, una figura con la que trabaja el grupo para suscitar nuevas formas de trabajo. “Era alguien de cierta manera extranjero a Santa Fe y a la inundación, que vino a hacernos preguntas muy irreverentes o inocentes que nos permitieron correr el eje y despersonalizar un poco para poder tratar esta temática 21 años después”, cuenta Juan.
¿Cómo una persona puede ser inundada eternamente? Esa fue una de las preguntas que hizo el director. En Santa Fe, ser inundado es una identidad política, no una circunstancia. Es un ejercicio de memoria. Es un gesto contra la impunidad. De la misma manera, quienes cometieron el “crimen hídrico” son “inundadores”. El lenguaje del decir aparece como una primera forma de seguir disputando sentidos, contra el paso del tiempo.
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“Nosotros tenemos nuestra propia impronta y nos gusta un teatro que diga, que pueda decir. Y Javier viene de una escuela que trabaja mucho con la imagen por delante. En ese cruce, salió esta cuestión interesante de un teatro que tiene imagen por delante, pero que va teniendo una diversidad de capas y de profundidad en el decir que a nosotros nos ha permitido generar una síntesis de nuestra forma de trabajo”, detalla Venturini.
“La obra tiene un latiguillo en la que todo el tiempo los actores dicen ‘como nos es tan difícil contar lo que pasó…’. Por eso intentan contarlo de varias formas y van pasando por una cantidad de recursos y lenguajes y géneros muy diversos”, agrega.
Antes de empezar a trabajar sobre la puesta, la compañía teatral se dispuso al ejercicio de construcción dramatúrgica de construir un universo. Juntaron muchísimo material, desde los mismos días de la inundación hasta el presente: poemas, entrevistas, fotografías, escritos, registros audiovisuales, los documentos de la Carpa Negra. “Todo eso viene a componer una voz comunitaria en la uno casi es un canal que ordena caprichosamente una forma”, dice Juan.
En “Flota” hay títeres, hay objetos, hay cuerpos en escena. Para hablar de una inundación, lo material significa de una manera particularmente potente. ”Veníamos del 2001, habíamos perdido todo recurso material y económico, y el 2003 se termina de llevar los recursos materiales simbólicos: la vecina que tenía la foto del bautismo de su sobrina, la medalla de tu abuela, todas cosas así”, subraya Venturini. Por eso, destaca el trabajo (que también entiende como dramatúrgico) de Jaquelina Molina en la dirección artística y diseño y realización de títeres objetos y escenografía, junto al de Matías Bonfiglio y equipo.
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Foto: Juan Martin Alfieri
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A sala llena
La obra fue seleccionada para ser la Comedia Universitaria de la UNL (Universidad Nacional del Litoral), “un lugar que en Santa Fe es un bastión del teatro, toda una institución en la que han circulado sobre todo formas del teatro tradicional y con actores y actrices referentes de un tipo puntual de teatro santafesino”. Un primer gesto consagratorio de la obra fue conseguir este acompañamiento, suscitar “la irreverencia de la institución de dejar entrar a los títeres” y a otro quehacer escénico.
Desde su estreno en 2024, “Flota” se convirtió en un fenómeno que trascendió las fronteras de Santa Fe. “No paró de estar llena la sala. Hicimos 26 funciones en el Foro Cultural de la UNL. Después volvimos a hacer otra temporada en 2025 y en la última función quedaron veinte personas afuera”, narra Juan. En noviembre, fueron a la Fiesta Provincial del Teatro en Venado Tuerto y ganaron.
Los Hasta Las Manos atribuyen esta respuesta contundente a varias cuestiones, empezando por la vigencia de la inundación como marca imborrable de la historia reciente de la capital provincial. En el proceso de armado de “Flota”, se preguntaron “qué pasa 21 años después con la inundación, cuál es el registro de los inundados, de los que no se inundaron pero estaban, de los que nacieron post inundación”. Como parte de su investigación, hasta hicieron una encuesta abierta.
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Foto: Juan Martin Alfieri
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“Esto acercó a la idea de que quizás Santa Fe, para poder seguir viviendo luego de la inundación, fingió un poco de demencia. Que no pudo hablarlo mucho, más que en la propia comunidad de inundados”, asevera Venturini. Durante el transcurso de la obra, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia anuló el fallo que condenaba al director de Hidráulica Ricardo Fratti, al ministro de Obras Públicas Edgardo Berli, y al entonces intendente de Santa Fe Marcelo Álvarez. Los últimos dos están fallecidos. “Evidentemente es algo que Santa Fe necesita seguir hablando”, afirma Juan.
Además, y por fuera de la cuestión estrictamente territorial, la compañía teatral observan otro matiz en la recepción de distintos públicos. “En estos tiempos en los que parece que hay muy poca esperanza, que el decir colectivo es una cuestión peyorativa, se genera una identificación con la comunidad con ese deseo muy grande de decir. En estos tiempos en los que parece que marchar y reclamar derechos no es algo legítimo, en un gesto de total pérdida de memoria, la obra pone eso por adelante y es muy bien recibido”, cierra el actor.