En pleno rebrote inflacionario, consecuencia de la devaluación que le impuso al Gobierno de Javier Milei el Fondo Monetario Internacional (FMI), un dato de la economía es lapidario: el consumo masivo, en marzo, cayó muy fuerte y acumuló 15 meses consecutivos en rojo. Así, es la primera vez en la historia que un Presidente queda a días de tener el gasto básico de los hogares caído en un año y medio entero. Un contexto que no ocurrió ni en los años del ajuste más fuerte y los tarifazos de Mauricio Macri.
Según datos de la consultora Scentia a los que accedió Página I12, el consumo cayó un 5,4 por ciento internual en marzo. Pero el problema más serio es que la base de comparación es muy mala: en marzo del 2024 el consumo ya había bajado un 7,4 por ciento internual contra igual mes del 2023. Es decir, no llegó ni a recuperar lo perdido. En el detalle, las ventas en grandes superficies (hipermercados) cayó 7,1 por ciento; mientras que la venta en los barrios (chinos y almacenes), bajó 3,7 por ciento. La firma que proporcionó los datos mide todos los canales y en todo el país, en base a tickets, es decir, tiene una medición precisa y representativa muy actualizada.
El consumo es, precisamente, uno de los rubros donde Milei no logra mejoras interanuales ya no contra el Gobierno anterior, sino contra su propia gestión. Lo que consiguió mostrar en industria y agro, no logra revertirlo en las compras habituales de las familias. El desempeño del sector grafica, además, buena parte del modelo económico del presidente: inflación artificialmente planchada por dólar intervenido pre acuerdo con el FMI y recesión, más salarios negociados a la baja por sugerencia oficial. Además, y no es un dato menor, los precios de alimentos ya habían quedado muy caros para sueldos alicaídos.
Este escenario, naturalmente, tiene algunas novedades. La primera, que estas cifras son previas a la devaluación, que pegó muy fuerte en alimentos de góndola. La segunda, que visiblemente nervioso por la relación consumo-inflación alta en alimentos, el Gobierno se rindió y aceptó modificar -según confirmó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en su visita al Congreso- la fórmula del cálculo inflacionario. ¿Por qué lo hizo? como Alimentos subió mucho, se asustaron y ahora quieren aplicar el nuevo cálculo para que Servicios (que viene subiendo menos) ayude a lograr una inflación algo menor. Una trampa estadística, de características políticas.
Las devaluaciones marcan el bolsillo
Toda esta historia del derrumbe del consumo masivo en la era Milei arranca, precisamente, post devaluación de diciembre del 2023, que fue de más de 100 por ciento y terminó con una inflación del 25 por ciento en diciembre, con alimentos en niveles récord. Si uno ve la serie corta, en diciembre de ese año, el consumo había crecido un 1,4 por ciento, pero venía de crecer 7,7 por ciento en plena campaña política y los meses previos. Esto se dio, en parte, por la inyección del dinero del Gobierno de Alberto Fernández en el último tramo, pero también por las compensaciones a jubilados y la mejora de los salarios formales.
¿Qué pasó después de ese mes? En enero del 2024 ya el consumo cayó 3,5, en febrero 4, en marzo 7,4, en abril un 13,7, en mayo un 9,9, en junio un 12,4, en julio un 16 por ciento, en agosto un 17,2, en septiembre un 22,3 por ciento, en octubre un 20,4, en noviembre un 20 y en diciembre un 18 por ciento, todas caídas contra el año previo. En enero de este año, en tanto, la caída interanual fue de 10,6, en febrero de 9,7 y en marzo de 5,4 por ciento. Si bien es cierto que la baja desacelera, se compara con números de espanto y aún así no repunta la venta. En abril del 2024, las ventas cayeron más de 10 puntos, es decir, si el próximo mes no se ve un signo positivo, será un problema aún más serio.
Observado por rubros, sacando una suba muy marginal (0,5) en Alimentación y Perecederos (2,1), el resto de los rubros siguen en rojo. Lo más fuerte es el desempeño de Bebidas: las con alcohol caen 18 por ciento interanual, y las sin alcohol un 16 por ciento. Higiene y Cosmética, en tanto, cayó 3,3 por ciento, Desayuno y Merienda 1,5 y Limpieza de Ropa y Hogar un 2 por ciento.
Otro dato que muestra niveles de malaria es que donde más cayeron las ventas fue en los hipermercados: «ya nadie hace compra grande y pegó mucho la suba de servicios, la gente no tiene plata», precisaron en el sector ante la consulta de este diario. Es curioso, también, porque los híper son los que mantienen promos y descuentos y, aún así, están vendiendo menos que los barrios. Hay un caso emblema, que vuelve a ser bebidas. Las con alcohol en las grandes superficies cayeron más de 26 por ciento interanual en ventas. Ese ritmo de caída, además, lo arrastran el año y cuatro meses que Milei lleva como Presidente.