En comunicación con Canal E, la ingeniera agrónoma, Marina Barletta, analizó el panorama actual del agro en Argentina, destacó la influencia del clima con la llegada de lluvias después de un enero con sequías e hizo hincapié en las condiciones económicas en la producción de soja y maíz.
Los efectos de la lluvia en la producción de soja
Las lluvias de febrero cambiaron el ánimo del sector agrícola tras un enero marcado por sequías y altas temperaturas. «El agua llegó en un momento clave para la soja de primera, que se encuentra en la etapa de llenado de granos», explicó Marina Barletta. Esto permitirá frenar la caída del rendimiento y, en algunos casos, aumentar la producción hasta alcanzar los 40 quintales por hectárea.
La soja de segunda, que fue más afectada por la falta de agua, también se beneficiará de estas lluvias. Sin embargo, algunos lotes ya presentan pérdidas irrecuperables. «Las precipitaciones fueron desiguales, con zonas recibiendo menos de 20 mm y otras superando los 200 mm«, advirtió Barletta.
Inestabilidad en los márgenes de rentabilidad para los campos
En cuanto a la rentabilidad del sector, los márgenes son positivos en campos propios, pero siguen siendo negativos en tierras arrendadas. «La producción es clave para compensar la situación. Sin buenos rendimientos, la ecuación económica sigue siendo desafiante«, señaló la entrevistada.
El maíz temprano ya comenzó a cosecharse y muestra una gran variación en los rendimientos. «En algunas zonas con buenas lluvias se alcanzan hasta 140 quintales por hectárea, mientras que en el noreste de Buenos Aires, afectado por la sequía, los rindes oscilan entre 50 y 70 quintales«, describió Barletta.
Los productores tuvieron un mejor manejo de las plagas
Este año no se registraron ataques severos de chicharrita, la plaga que causó estragos en 2023. «Los productores aprendieron de la experiencia y sembraron menos maíz tardío«, comentó la ingeniera agrónoma. No obstante, las altas temperaturas favorecieron la proliferación de trips y arañuelas, que afectaron la soja. «Las lluvias recientes ayudaron a mitigar estos problemas«, agregó.
La cosecha de soja de primera comenzará entre abril y mayo, seguida por la soja de segunda unos meses después. «Este año, la recolección de maíz temprano se adelantó debido a la sequía, lo que podría acelerar la disponibilidad de divisas por exportaciones«, indicó Barletta.