El magnesio es un mineral clave para el funcionamiento general de nuestro organismo. Según el National Institute of Health (NIH) de los Estados Unidos es crucial añadir a la dieta diaria alimentos que lo contengan, debido a que es crucial para mejorar el sistema inmunológico, fortalecer los huesos, regular el funcionamiento de los músculos, ayudar al cuerpo a procesar el azúcar, bajar la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular.
Si bien existen muchos suplementos de magnesio de venta libre a los que se puede acceder fácilmente en farmacias y dietéticas, no es necesario comprarlos para asegurar la ingesta de este mineral. Existen alimentos mucho más accesibles que permiten llevar una dieta completa sin la necesidad de tomar polvos o cápsulas artificiales. Este es el caso, por ejemplo, de la espinaca.
Si bien es sabido que la espinaca, como el resto de las verduras de hojas verdes, es muy saludable, pocos tienen en cuenta la cantidad de magnesio que posee. De acuerdo con el sitio web Medical News Today, esta hoja verde es una de las mejores fuentes que existen de magnesio dietético, y su consumo “es necesario para el metabolismo de energía, el mantenimiento de la función de los músculos y nervios, el ritmo cardíaco regular, un sistema inmunitario saludable y el mantenimiento de la presión arterial”.
Además de todos estos beneficios, está demostrado que la espinaca mejora la salud digestiva, ya que su alto contenido de agua y fibra ayudan a prevenir el estreñimiento y mejorar el tránsito. Por este motivo, se recomienda incluirla en las comidas al menos tres veces por semana. Sin embargo, es importante destacar que su consumo en exceso puede ser perjudicial para aquellas personas que tienen cálculos renales.
Por otro lado, la espinaca aporta vitamina K, por lo que beneficia a la salud ósea al mejorar la absorción de calcio, disminuyendo a cantidad que se elimina a través de la orina. Asimismo, por su alto contenido de potasio, este vegetal es capaz de reducir la presión arterial al disminuir los efectos del sodio en el cuerpo.
Como si todo esto fuera poco, gracias a la clorofila presente en sus hojas, la espinaca juega un rol fundamental en la prevención del cáncer. Según Medical News Today, su consumo permite “bloquear los efectos cancerígenos de las aminas heterocíclicas”, lo que puede llegar a evitar la proliferación de las células malignas que derivan en esta enfermedad.
Según los especialistas, existe una forma ideal de cocinar la espinaca para que no pierda sus propiedades. De acuerdo con los diversos estudios realizados, lo mejor es evitar calentarlas en lo absoluto, por lo que se recomienda comerlas crudas en ensaladas o en smoothies. Esto se debe a que, cuando se cocina, se afecta la absorción de luteína, uno de los nutrientes principales del vegetal que permiten atribuirle mucha de las propiedades mencionadas en esta nota.
Cabe destacar que el magnesio también se puede encontrar en otros alimentos que se recomienda añadir a la dieta junto con las espinacas. Algunos de ellos son: nueces, semillas de girasol, garbanzos, lentejas, arvejas, pollo, salmón, parta y banana. Si bien estos productos son ultra saludables, se recomienda siempre consultar con un médico antes de su ingesta en caso de padecer trastornos digestivos específicos o alergias.