Cuando cerraba el año 2024, el 30 de diciembre el equipo «anti estatales» del gobierno de Milei, Caputo, Sturzenegger y su vocero Manuel Adorni, «ofrecieron» un incremento correspondiente a la paritaria estatal de los empleados de la Administración Pública Nacional (APN) una nueva «burla»: un aumento de 1% mensual para el próximo cuatrimestre. La inflación mensual más duplica este guarismo, esto es, mes a mes las y los trabajadores estatales continuarán perdiendo poder adquisitivo.
Esta irrisoria propuesta salarial resulta totalmente insuficiente ante el desplome del 25% del poder adquisitivo desde inicio de la gestión de Milei. La Junta Interna de ATE-Indec estima que «desde que asumió el gobierno de LLA la inflación acumulada es de casi 166%, y la pérdida del poder de compra de un 25%».
Otras estimaciones que difunde el gremio ATE indican que desde enero de este año la pérdida ronda el 40% si se tiene en cuenta que los aumentos acumulan 73% hasta noviembre y la inflación un 112% (sin contar diciembre de 2023). Dependiendo las variables de cálculo, se estima que los estatales perdieron cerca de un 30%, aunque en ciertos casos fue mayor porque el gobierno eliminó ítems salariales muy sensibles como horas extras, complementos, y otros ajustes. En cualquier caso, queda claro que se trató de una guadaña sobre los ingresos y condiciones de vida para miles de familias que dependen del salario estatal.
Por su parte, según el MATE (Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía) en los primeros 11 meses de gobierno, cada asalariado/a estatal perdió en forma acumulada, nada menos que $ 3.314.736 en promedio. En el caso de los trabajadores del sector privado, representa una pérdida acumulada de $1.099.769 por trabajador en el año.
A ello hay que agregar el hostigamiento permanente con miles de despidos y desvinculaciones, la estigmatización pública del propio presidente y su vocero por la tarea de servidor público realizada, la humillación de los exámenes de «idoneidad», la incertidumbre ante la renovación trimestral de los contratos y otros ataques permanentes. Con ello buscan dividir a los trabajadores entre aquellos del sector privado y los del sector público, como si el «déficit fiscal» y la crisis económica o los impuestos y tarifas que se cobran a los trabajadores fuese responsabilidad de los primeros.
El último aumento había sido en octubre, donde se pautó un aumento del 3% en dos meses (2% noviembre, 1% diciembre y un mísero bono remunerativo y no bonificable de $30.000 que se pagó en enero con el sueldo de diciembre, después de las fiestas). ATE firmó en disconformidad aquella y el otro gremio, la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), lo avaló.
El bochorno es tal que ni el propio gremio UPCN, dirigido por el «centauro» Andrés Rodríguez, pudo aceptar ahora la oferta del 1%. Rechazada por ATE y por UPCN en primera instancia, la paritaria pasó a un cuarto intermedio y las partes volverán a encontrarse entre el 15 y el 20 de enero de manera virtual. Aceptar una consolidación de esta pérdida por parte de alguno de los gremios, en especial de UPCN, no sorprendería, pero sería indefendible a esta altura. Vale repasar que incluso el gremio de camioneros, que viene pautando salarios a la baja, arregló un 5,5% trimestral (luego de bajarlo del 15%) y un bono de $600.000.
No se trata sólo de la pérdida del último año. El nivel de degradación salarial en la Administración Pública es tal que se arrastra desde hace años, y hace imposible llegar, ya no a fin de mes, sino a mediados de mes: de acuerdo a cálculos de los trabajadores del Indec, en los últimos 9 años las y los estatales perdieron la mitad de su salario, lo que perciben ahora alcanza para comprar un 50% menos de lo que podían comprar en 2015.
La «restricción presupuestaria»
Pero por si todo ello fuera poco, este martes 7 de enero el gobierno emitió la Decisión Administrativa 1/2025, firmada por Guillermo Francos, Federico Sturzenegger y Luis Caputo en donde plantean una «restricción presupuestaria» para la negociación salarial. Siguiendo la misma, los convenios colectivos del Sector Público Nacional deben negociarse dentro de los presupuestos disponibles, promoviendo eficiencia y equidad salarial.
De manera que el gobierno se prepara para un posible escenario de firmar la paritaria estatal por Decreto en caso que fracase la reunión prevista dentro de 15 días, y justificar dicha decisión de recorte en el ya conocido «no hay plata».
Mientras, a un grupo selecto de cinco bancos privados (entre ellos, el internacional JP Morgan) le reconoció una «paritaria» de ganancias exorbitantes al 8,8% anual en dólares. Se trató de un préstamo, revestido de REPO, por U$S 1.000 millones. Y al mismo tiempo que desembolsó y garantizó «a los mercados» que pagaría como sea los vencimientos de deuda externa. Este jueves puso sobre los bolsillos de fondos buitres extranjeros y locales unos U$S 4.360 millones en concepto de capital e intereses de la deuda que había renegociado Martín Guzmán en 2020.
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Algunos sectores de trabajadores han protagonizado enormes luchas de enfrentamiento, oposición y resistencia al plan de ajuste del gobierno de Milei. Es el caso por ejemplo de los trabajadores de la salud. A partir de los 10 paros realizados y movilizaciones durante 2024, lograron en algunos hospitales ciertas recomposiciones parciales y particulares. Es el caso del Hospital Garrahan, en donde arrancaron un 15% adicional para los principales ítems del año que serán abonados con recursos propios. Si bien es un monto insuficiente, porque no recupera la pérdida qué solo se dio desde la asunción de Milei y que se arrastra de hace varios años, se trata de conquistas muy importantes para defender el poder adquisitivo y las condiciones laborales y puntos de apoyo para preparar la resistencia en 2025.
No alcanza el rechazo de palabra de las conducciones de ATE y UPCN, es necesario un plan de lucha urgente, en asambleas unificadas desde abajo, contra los despidos, el recorte salarial y por recomposición salarial. Se prepara la resistencia de la clase trabajadora al plan de ajuste de Milei y el FMI, coordinando y uniendo las luchas para derrotar los planes del gran capital de reestructurar el país a su imagen y semejanza.
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