Influencia de gigantes como The Beatles, Little Richard construyó las bases del género y se asentó como uno de sus pioneros.
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Un 5 de diciembre de 1932 nació Little Richard, una figura tan importante como incomprendida en el mundo de la música. Pasó su infancia en convivencia con sus once hermanos y en una dura relación con su padre, pastor, vendedor de alcohol y dueño de un club nocturno, que lo echó de la casa cuando tenía 15 años. En el medio, frecuentaba la noche y a la vez irrumpía en escenarios de otros artistas para desplegar su talento.
Altamente influenciado por el blues y el góspel, el nacido en Macon terminó convirtiéndose en uno de los nombres más importantes del popular rock & roll, con un estilo frenético y desfachatado que era inusual para la época. Siempre se lo podía ver con esa energía, parado frente al piano como si tuviese entre sus manos un arma, muy poderosa por cierto.
Little Richard
Little Richard. Un creador único que influyó hasta en Los Beatles.
Una estrella transgresora para la época
Y es que a través de la música, el «arquitecto del rock» intentó expresar lo que en esos tiempos era considerado transgresor. El más claro ejemplo, que lo separaba de su par Chuck Berry, era su bisexualidad. De hecho, Tutti-Frutti, su gran hit, era una oda al sexo anal, suavizado en grandes cantidades para evitar la desaprobación del pueblo norteamericano.
Aquí yacían los principales dilemas del músico, que por un lado lidiaba con la culpa religiosa de su orientación sexual, mientras que se mostraba desafiante con respecto a estas temáticas dentro de sus canciones. De todas formas, Little Richard nunca aflojó y siempre vivió en ese desenfreno que tanto lo caracterizó. «A mí me iba todo. Si llamas a mi puerta y me apetece, yo decía: Adelante», contó el artista en Little Richard: I Am Everything, el documental suyo dirigido por Lisa Cortés
Vivía en esta constante contradicción, aunque mantuvo su vida de rockstar, con sexo, orgías, dinero, drogas y alcohol. Hasta que un día, sucedió un milagro.
El día que abandonó el rock para dedicarle su vida a Dios
El 27 de enero de 1958, en medio de una gira extenuante y un viaje de Melbourne a Sydney por delante, los motores del avión en el que viajaba la estrella se prendieron fuego. En ese escalofriante momento, Little Richard atinó a rezarle a Dios, imaginando al avión sostenido por ángeles.
Sus oraciones parecen haber causado efecto y el fuego se apagó. Se dice que quizás en realidad era Sputnik, que había sido lanzado días antes, aunque para el músico esa señal divina bastó para convertirse en el reverendo Little Richard. Así, abandonó la vida del artista para enfocarse pura y exclusivamente en la religión.
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