Había ambiente festivo este mediodía en el Club del Petróleo y no solo por la cercanía de Navidad. El sector vive un auge de inversiones con RIGI y sin RIGI al punto que varios de los que están en Vaca Muerta se quejan de la crisis de crecimiento y la falta de máquinas y personal.
Uno de los organizadores del habitual encuentro en el mismo hotel que supo albergar a Javier Milei cuando resultó, electo invitó a la celebración de fin de año que ya cuenta con récord de sponsor y anotados.
Ese fue el clima con el que recibieron a Federico Sturzenegger: llegó acompañado por el ex secretario de Energía Eduardo Rodríguez Cirillo, eyectado de su función por el ministro Caputo y que ahora secunda al ministro desregulador. Sturzenegger lo nombró muy elogiosamente 15 veces durante su exposición de 60 minutos en la que lució buen humor.
“En mi oficina tengo un reloj que marca cuántos días faltan para que terminen las facultades delegadas. Nos quedan 217 días. Hay mucho por seguir haciendo”, dijo.
Tal vez por eso y a la hora del postre uno de los petroleros, Fernando Fernández, CEO de Netzschs, el sponsor del almuerzo, se acercó para regalarle un cuchillo que había afilado especialmente con una apuesta, “saber si te puedo sacar una moneda”, soltó en la carcajada general. Sturzenegger no tenía moneda ni billetes pero lo sacó del paso Javier Iguacel, hoy titular de Bentia Energy.
El ministro se mostró optimista pero llamó al sector privado a “aprovechar la oportunidad y a animarse”. Dio cátedra sobre los lineamientos del Gobierno y algunos anuncios. Entre ellos que en pocas semanas se conocerá el decreto que desregula las estaciones de servicio.
Esto es que los consumidores podrán cargar ellos mismos el combustible. A la autocarga se suman cambios en el tamaño de las estaciones que irán en paralelo a la frecuencia de los camiones que llevan el combustible.
“En la Argentina, por un tema de necesidad extrema, YPF lo ha implementado en Rosario, porque las estaciones en la noche se hacen con autodespacho, pero no tendría que ser por un tema de seguridad, es un tema de libertad. Vos organizás tu relación comercial de la manera más libre que quieras, ¿no?”, soltó.
“Tenemos, también, toda una discusión sobre los tamaños de las estaciones de servicio. Nosotros queremos liberar totalmente las restricciones de tamaño, que son bastante restrictivas. El decreto está escrito y ya está en proceso para el autoabastecimiento”, sostuvo, mientras los petroleros en voz baja anticipaban fuerte rechazo del sindicato de los empleados conducido por Carlos Acuña, alineado con Luis Barrionuevo y en la cúpula de la CGT.
De paso y a tono con los tiempos, las estaciones no tendrán exclusividad en la carga eléctrica de los vehículos. “No vaya a ser después que alguien nos diga que el abastecimiento eléctrico tiene que ser una especie de servicio [distinto]. Queremos dejar claro que eso no tiene que ser el caso, porque cuando vos tengas autos eléctricos, vos vas a ir a un restaurante y vas a querer cargar el auto cuando estás comiendo. O en el shopping. Nos estamos asegurando que el despacho de energía eléctrica para el transporte se haga en un espacio de total libertad y que no ocurra, digamos, con un nichito de negocios particulares».
El ministro se refirió a otras regulaciones que está eliminando como la que regía para la limpieza de los tanques petroleros. Y la que prohibía importar maquinaria usada. “Imaginen a la industria metalmecánica de nuestros piamonteses que van a Italia y ven esos equipos. Había que tener un certificado especial para los bienes usados. Ahora los podrán traer”.
Sturzenegger hizo gala de su paso por YPF durante la gestión de José Estenssoro, “un líder muy claro”, elogió. Y se explayó sobre su concepto de Argentina sobre- regulada con su sistema de castas que arrancó en los años 60 en tiempos de Juan Carlos Onganía.
“Cuando nací el país era más rico que España y a mis diez años también. Tuvimos una catástrofe en 50 años. En los 60 la pobreza era 5%, hoy 50% por el modelo empobrecedor de la casta. Y algo que alarma es que en los últimos 10 años, 2 millones de jóvenes de todos los estamentos sociales se fueron del país. Si algo no cambiaba íbamos a envejecer viendo a los nietos por zoom. Hace unos días el Presidente observó una encuesta que muestra que muchos ya no quieren irse y es lo que más contento lo puso”.
Explicó la filosofía de ir de un modelo en el que el “Estado era la solución a otro en que el Estado es la fuente del problema. Es un gobierno en el que si se comete un error pueden pasar cosas”, dijo en alusión a los expulsados de sus cargos.
También se refirió a que la motosierra sigue porque el equilibrio fiscal se logró con la baja del gasto y no con suba de impuestos.
En esa charla distendida en la que contó el encuentro entre Diógenes y Alejandro Magno y se refirió a la idea de Vélez Sársfield acerca de los contratos entre privados que están por encima de la ley, cerró: “Nosotros no somos los que vamos a hacerles sombra”.
Fue muy aplaudida su visión sobre el futuro de la energía. Señaló que el crecimiento del mundo se acelera dando a entender que no alcanzarían las reservas ya descubiertas de petróleo y gas por 50 años. “Habrá una fuente que reemplace el petróleo y gas en un contexto en que se acelera la innovación tecnológica. Hay que aprovechar agresivamente la ventana de oportunidad”, llamó.
Según su razonamiento la producción se va a desplazar hacia los lugares que produzcan energía barata y «esa es la posibilidad para Argentina”.
«Hay muchas razones para ser optimistas», dijo al momento del brindis. Eso sí, insistió que debe haber más acción e iniciativa del sector privado, ahora que tiene la cancha despejada.