El cuestionado arbitraje de Fernando Echenique en la goleada de River sobre Barracas Central dejó mucha tela por cortar. Ni siquiera la lluvia de goles en el último tramo del partido del equipo de Núñez pudo tapar la bronca por la pésima labor del árbitro, que fue muy permisivo con las artimañas de los jugadores del conjunto dirigido por Rubén Insua, a tal punto que el partido tuvo ¡102! interrupcciones y un tiempo de juego neto de apenas 47 minutos. Ya no es casual ni original. Estas cosas suceden habitualmente en los encuentros del club que catapultó a Claudio Chiqui Tapia. Lo novedoso ahora es que, después de un tiempo, River volvió a plantear una disidencia con la AFA y los arbitrajes.
Si bien no se trató de una postura institucional del club, Marcelo Gallardo marcó lo que no le gusta, no solo en referencia al partido del domingo, sino también al fútbol argentino en general. Y el Muñeco, aunque tenga su autonomía y su peso específico propio, es el técnico de River. Esta vez, de todos modos, más allá de haber subido la guardia, no se calzó los guantes de boxeo como en su primer ciclo. Emitió su opinión, a modo de reflexión, en un tono más filosófico que combativo. Pero con la contundencia necesaria como para apuntarle duramente a los árbitros y a la conducción del fútbol.
El Muñeco fue auténtico con su pensamiento, el mismo que expresaba antes de dejar la dirección técnica de River. Al entrenador lo irrita que se juegue poco y que se haga tiempo. También, le molesta que se cambien las reglas, como la supresión de los descensos. No tolera el “lobby”. Y le hace ruido que un partido que debía tener varios minutos de adición se termine a los 90 minutos clavados cuando el título y la clasificación a las copas se define por diferencia de gol. Por todo eso -y muchas cosas más- es que Gallardo protesta y vuelve a ser la voz de las críticas. Incluso, sin temor a exponerse a las respuestas de los títeres de Tapia o la mordaza que se buscó imponer desde la AFA con la amenaza que hay desde hace un tiempo de sanciones a los que cuestiones públicamente a los arbitrajes.
“A veces no hay que hablar mucho porque después te tildan de loco, no bueno, pero vos… y no me gusta lo que veo. Yo tengo que estar de un lado donde tengo que combatir las cosas que no me gustan, no todos tiene que estar de acuerdo conmigo, hay opiniones totalmente dispares y las respeto, pero a mí me gusta que el fútbol argentino pueda estar en evolución. Ahora no hay descensos, no hay descensos- ¿Por qué estamos todos sospechando de todos? Nada, me gustaría un poquito más de reglas claras para que por lo menos sepamos. Simplemente eso”, resumió con firmeza Gallardo.
Y añadió: “No se puede favorecer solo al que no quiere jugar. Se requiere de mejores capacidades para desarrollar un buen espectáculo y hablo de todos: árbitros, jugadores, entrenadores; todos debemos colaborar para que el fútbol argentino no sea cada vez peor. Y lo que me llamó la atención es: si hay tantas interrupciones, lo que se debería hacer es agregar tiempo de adición y jugar más tiempo, si tenés que dar 10, 12 o 14 minutos como pasaba en el Mundial habría que darlos, porque no se puede solamente quedarnos con la interrupción, con el que no quiere jugar y ya está”.
Las frases de Gallardo se asimilaron a la época en la que River estaba enemistado con la AFA y no a esta etapa en la que el club se encuentra alineado. De hecho, uno de los vicepresidente de la casa madre del fútbol argentino es Ignacio Villarroel, vice segundo del club de Núñez. Aunque, en Udaondo y Figueroa Alcorta siempre destacan que puertas adentro marcan lo que consideran que no es bueno para el fútbol argentino. Por ejemplo, con el tema de los arbitrajes. Vale recordar que alguna vez apuntaron contra Federico Beligoy, el director nacional de Arbitraje. O, hace unos meses, por citar un ejemplo, con el accionar del VAR, tras el Superclásico en Córdoba en la Copa de la Liga. Desde hace rato que hay malestar con la conducción arbitral.
Las palabras del Muñeco tuvieron un eco importante. Se hizo tema de agenda y fueron celebrada por aquellos que piden que los protagonistas alcen la voz. Incluso hasta por ajenos al mundo del fútbol como el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, quien en un tuit manifestó: “Imposible no coincidir con el Muñeco. Es inexplicable que no se aplique la misma vara que en el Mundial. Promovemos el anti espectáculo así”.
Los dichos de Gallardo también estuvieron en la misma sintonía que Rodolfo D’Onofrio, quien en el entretiempo descargó su bronca en la red social X por lo que pasaba en el campo de juego del Monumental. “Estoy viendo a River es una vergüenza el arbitraje. No se juega. Estamos matando al fútbol de Argentina», apuntó el ex presidente de la institución de Núñez, quien aclaró que solo se trató de la opinión de un hincha más y no busca ningún “cargo político” como deslizó Pablo Toviggino, tesorero de la AFA, quien salió a responderle como lo hace con cada uno que ose cuestionar el rumbo del fútbol argentino.
A tráves de Gallardo, de algún modo, River volvió a alzar la voz en el fútbol argentino. El Muñeco tomó la lanza para expresar lo que no le gusta del fútbol argentino después de un arbitraje muy polémico. El tiempo dirá si queda ahí o si, por los extraños manejos arbitrales, se produce una nueva escalada de conflicto con la AFA.