martes, 5 noviembre, 2024
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El Banco Central congeló el dólar oficial en medio de rumores en el mercado sobre una posible baja en el ritmo del crawling peg

El Banco Central (BCRA) dejó sin cambios este lunes la cotización del dólar mayorista, que cerró a $990/993 por unidad para la compra y venta, respectivamente, “los mismos valores del viernes”, tal como observó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.

“Dólar estable, repitiendo el cierre del viernes a $993″, confirmó a su vez en su informe diario el analista Francisco Díaz Mayer, de ABC, Mercados de Cambios.

No es la primera vez que lo hace, pero el “congelamiento” esta vez tomó otra dimensión, dado que esa entidad viene de bajar del 3,3% al 2,91% mensual (40% a 35% nominal anual) la tasa de referencia para acompañar el descenso en la nominalidad de la economía, y dado que se multiplicaron las versiones respecto de una posible reducción del ritmo de ajuste del 2% promedio por mes que traía hasta aquí el dólar, a pesar del impacto que tuvo sobre el tipo de cambio real multilateral, que cerró la semana pasada en 81,8 puntos (según el índice oficial).

Se trata, en este caso, de la cifra más baja desde el 24 de noviembre pasado (semanas antes de la asunción de Milei) y se ubica casi tres puntos por debajo del mínimo en torno a los 83/84 puntos que mostrara por algunos meses en la gestión Macri, y sólo 8,3 puntos por encima de los 73,5 puntos en los que lo había dejado la última administración de Cristina Kirchner, a fin de 2015.

Todo se dio en una jornada en la que el BCRA extendió a 26 ruedas su racha compradora de reservas, tal vez facilitada por esa misma expectativa y el anunciado fin que tendrá el impuesto PAIS (que impacta sobre el dólar importador) y el dólar blend (que hace lo mismo sobre el dólar exportador), al comprar otros US$30 millones mediante intervenciones, con lo que ya suma US$82 millones en lo que va de noviembre (tras haber sumado por esta vía US$1530 millones en octubre) y aunque el volumen operado fue 22% menor al registrado el viernes al quedar en US$272 millones.

Además, las reservas brutas superaron los US$30.000 millones por primera vez desde fines de abril (cerraron en US$30.127 millones), el dólar blue cayó $20 (quedó ofrecido a un promedio de $1170 para la venta en CABA) y los financieros subieron entre 0,2% y 0,5% (cerró a $1151,54 el MEP y a $1178,94 el CCL), confirmando la tendencia al rebote que ya habían mostrado el viernes luego que el BCRA bajara las tasas.

Las crecientes especulaciones en torno a la reducción del crawling peg están relacionadas a las definiciones que dejó semanas atrás el presidente Milei, quien explicó que era un paso programado para avanzar con el procesos de desinflación en marcha y que se podría dar cuando “el nivel de inflación inducida coincida con el de la inflación observada”.

En especial, porque se multiplicaron las mediciones privadas que señalan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ya habría estado debajo del 3% en octubre (algunas consultoras incluso lo ubican entre 2,8% y 2,6%, si bien el dato oficial se conocerá recién el martes 12), es decir, ya muy cerca “del nivel de 2,5% mencionado por el Presidente cuando habló de inflación inducida”, hicieron notar desde Max Capital.

Bajo la línea de flotación

La decisión oficial de ajustar a un ritmo de apenas 2% por mes al dólar oficial se tomó tras la fuerte devaluación del peso dispuesta el 13 de diciembre último, la que resultó incluso 33% superior a la que esperaba el mercado. El propio Gobierno reconoció en ese entonces que adoptó ese “colchón” de competitividad cambiaria (que desapareció por completo a comienzos de abril, según el ITCRM del BCRA antes citado), para poder usar al dólar como “ancla” en un contexto de inflación desbordada.

Ahora, en un momento de comenzar una “sintonía fina” antes de avanzar en la próxima etapa, se cree que el Gobierno definiría en breve en una reconsideración de ese nivel de ajuste sin reparar en el costo que tenga sobre la competitividad cambiaria, a la que aspira a recuperar en parte reduciendo impuestos y aranceles de importación.

“En este contexto, ya no sólo el crawling del 2% parece fuera de discusión, sino que incluso podría bajarlo al 1% para reducir la ‘inflación inducida’. Más aún considerando que el cepo, que en algún momento se especulaba con un levantamiento a fin de 2024, ahora el consenso empieza a inclinarse a que se mantenga hasta las elecciones de medio término”, señalan al respecto desde Adcap.

“Con la baja de tasas el Gobierno sin duda inició la sintonía fina para ir regulando el complejo mecanismo financiero actual y reducir el atractivo del carry trade sin espantar a los inversores”, interpretó el analista y consultor Roberto Drimer, de VATNet.

En Max Capital creen que el crawling peg podría reducirse después de la publicación del dato oficial de inflación. “Sería el próximo paso para continuar disminuyendo la dinámica inflacionaria, ya que el Gobierno parece cómodo con el nivel actual del tipo de cambio real”, dicen.

Desde Econviews, la consultora que encabeza Miguel Kiguel, ven el mismo panorama. “En este modelo en el que se busca bajar el monto de los intereses de la deuda a corto plazo y seguir usando el tipo de cambio como ancla nominal, para seguir bajando la inflación, es posible que el BCRA considere una baja en la tasa de devaluación, tras haber dispuesto la baja de tasas. Si no pudo ser más agresivo en ella es porque sabe que si los rendimientos en pesos dejan de ser atractivos la gente volverá a mirar al dólar”, señaló en su ultimo informe.

Ante la consulta de LA NACION, desde el BCRA prefirieron no hacer ningún comentario al respecto. Ni siquiera admitir si habría un anuncio o simplemente se irá levantando el pie del acelerador que mantuvo al auto marchando en segunda.

La complicación puede llegar de la mano del impacto que una decisión de ese tipo pudiera tener sobre las exportaciones cuando la posición neta de reservas del BCRA sigue siendo endeble, pese a las sostenidas compras de reservas. Pero en el mercado interpretan que la pujanza mostrada por los flujos financieros permitiría encarar ese paso en lo que resta del año mientras sigue “paso a paso” con el desarme progresivo del cepo cambiario.

“Consideramos que el BCRA podría extender su racha compradora en noviembre, ante una oferta financiera que más que seguiría compensando los flujos (hasta este lunes negativos) del comercio exterior. Incluso es posible que en algún momento (probablemente hacia fin de mes) empiecen a retraerse las importaciones a la espera de la expiración del impuesto PAÍS prevista para el 23 de diciembre sin una devaluación que compense la baja. Tal como ya vimos en septiembre, la demanda privada sería acotada ante la postergación de la nacionalización de mercadería de noviembre a diciembre, lo que redundaría en menores pagos de importaciones en el último mes del año”, apuntan desde Portfolio Personal Inversiones (PPI).

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